A veces las discusiones con nuestras parejas son rutinarias y necesarias. En otras ocasiones, resultan en un total  descontrol convirtiéndose en una pesadilla.

 

Lo que sí es cierto es que si no aprendemos a manejarlas efectivamente vamos a experimentar un constante caos.

 

Aquí te queremos presentar algunas orejitas para superar el círculo vicioso de las discusiones en pareja.

 

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¿En algún momento de tu relación has sufrido un círculo vicioso de discusiones?

 

Ese círculo vicioso es más obvio cuando dos personas discuten sobre un tema pero las respuestas siempre son las mismas sin poder llegar a un acuerdo.

 

El hecho de permitir que la disputa continúe añade fuego al desacuerdo y al agotarse la paciencia todo termina en un revolú. 

 

Acabas  gritando y expresando pensamientos que era mejor callar…arrepintiéndote más tarde.

 

Y peor aún es que no hay vuelta atrás una vez dejas salir lo que verdaderamente piensas sobre la discordia en cuestión…o sobre tu pareja. Uiiiiii!

 

¿Soltera y sin compromiso? Asegúrate de leer ese escrito…

 

El coraje es una reacción común cuando una se siente atacada, pero a la vez es contraproducente.

 

No se están escuchando el uno al otro, porque ambos quieren tener la razón y están centrados en demostrar su punto en lugar de escuchar pacientemente.

 

El respeto se lanza por la ventana cuando la persona se pone a la defensiva y no escucha lo que el otro tiene que decir.

 

Como resultado, ninguno de los dos es capaz de ver las cosas desde la perspectiva de su compañero/a o de considerar si ésta (o éste) tiene algún punto válido.

 

Como ambos están a la defensa en respuesta a sentirse atacadas por su pareja…

 

Acaban actuando de forma agresiva, y esto puede convertirse en un círculo vicioso en el que la agresividad de uno lleva directamente a la defensiva de la otra parte (que luego provoca más agresividad) y sigue por ahí ‘pa bajo…

 

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Este tipo de patrón argumentativo suele dar lugar a comentarios sarcásticos o tonos condescendientes en algún momento de la discusión.

 

Un toma y dame interminable que convierte a la relación en una tóxica.

 

¿Cómo salir del atolladero? 

 

Si bien las discusiones con nuestras parejas son la norma y además pasajeras, necesitamos aprender a controlarlas para que no escalen hacia una ruptura.

 

¿Cómo hacerlo? Pues, te sugerimos lo siguiente…

 

• Encontrando un lenguaje en común

 

Las discusiones pueden ser sanas, si tienen como objetivo mejorar la relación.

 

Entender por qué tenemos conflictos y saber cómo resolverlos es un paso importante en el crecimiento personal, ya que nos ayuda a entender los distintos puntos de vista sobre cualquier desavenencia, para así poder resolverla.

 

Las discusiones son una manera de comunicarnos con nuestra pareja y es vital trabajar en ello para encontrar un lenguaje común o lenguaje neutral en los momentos de tensión emocional o  de estrés.

 

Cambiando las frases ofensivas por palabras cariñosas como “te amo”, “entiendo que estás enojado” “no te preocupes” “hablemos de manera civilizada”. 

 

Las personas que se sienten apoyadas por sus compañeros durante las discusiones tienen más probabilidades de encontrar puntos en común y están menos propensas a mostrar conductas agresivas.

 

Y los puntos en común crean ese lenguaje tan necesario para que la relación prospere.

 

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• Explicando lo que sientes cuando haya pasado el enojo

 

Todos somos distintos y por ende cada persona reacciona de manera diferente.

 

No podemos pretender que el otro reaccione igual a nosotras o a las circunstancias y que nos comprenda sin ningún reparo.

 

Una de las formas de superar el círculo vicioso de la discusión nociva es intentando hablar cuando haya pasado el punto álgido del enojo.

 

Cuando estas enojada eso te hace ser más dura con la persona con la que discutes, pero ¿Qué pasa si esperas a que te pase el enojo para conversar? 

 

Pues de seguro la conversación será productiva ya que habrás tenido la oportunidad de practicar lo que vas a expresar y la ausencia del coraje te permitirá ver aspectos de la situación que no habías considerado antes.

 

• Estar dispuesta a ceder en algún momento

 

En cualquier discusión es importante que uno de los dos ceda…sobre todo si ese alguien le falta a la razón.

 

Si quieres salir del círculo vicioso de la discusión, asegúrate  que esta sea de corta duración y no te quedes pegada al tema.

 

Si tu pareja es desordenada y quieres que te ayude con las labores del hogar, no tienes por qué discutir sobre eso durante horas o repetir lo mismo una y otra vez. 

 

 

Intenta por un par de días dejar todo su reguero donde lo tiró y espera a ver su respuesta. 

 

También te puede dar resultado el contratar a una ayudante doméstica y luego obligarlo a pagar con su dinero…

 

Cuando quieras hablar con tu pareja ve al grano y si ves que él no cede, pues considera si te conviene a ti ceder.

 

También puedes tocar el punto en otro momento cuando sientas que él está más receptivo. 

 

• Promover el respeto mutuo

 

Para que una relación sea sana tiene que gozar de respeto. Al tocar un tema delicado con tu pareja debes promover la comprensión y el afecto.

 

Los retos se resuelven hablando y de manera pacífica. 

 

Si ocurre un enfrentamiento entre ustedes asegúrate de que ambos estén tranquilos para poder resolver la situación de la forma más sosegada posible.

 

No caigas en la ley del hielo, ni tampoco aceptes ese trato porque ya sabes que es violencia.

 

• No esperar que un pequeño problema se convierta en grande

 

A veces es duro saber qué decir o hacer cuando tu pareja está siendo difícil.

 

Pero, si eres sincera sobre quién eres y qué buscas, tu pareja podrá entenderte mejor. 

 

Asegúrate de que la comunicación sea una prioridad en tu relación.

 

Es importante que dos personas trabajen juntas como equipo cuando las cosas se tornan complicadas. Así que hazle saber cómo puede ayudar. 

 

Si surge una discordia que al inicio no parece la gran cosa, préstale atención  e intenta disolverla cuanto antes. 

 

Ser consciente de los pequeños problemas desde un principio puede evitar que se produzcan problemas mayores más adelante.

 

Ahora te dejo con el siguiente pensamiento…

 

Los problemas en las relaciones ocurren porque cada persona se centra en lo que le falta a la otra…Wayne Dyer

 

¡Cuán cierto es!

 

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Las discusiones son normales en las relaciones amorosas, pero tenemos que saber gestionarlas para no darle largas al asunto y complicar las cosas. 

 

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