Es más fácil ver los problemas ajenos que los nuestros propios.
En la psicología se conoce a la paradoja de Salomón como aquella habilidad que nos permite ver y analizar los problemas de otros antes que los nuestros.
Me recuerda a mi buena amiga Clara—ducha en señalar las fallas ajenas y famosa por encontrar soluciones poco comunes a las dolencias amorosas de todas nuestras amistades.
Fíjate que esto les pasa a muchas que son exitosas en cuanto a reparar vidas ajenas— más si nos acercamos— vemos que no aquilatan sus propios consejos cuando necesitan solucionar trabas en su relación.
Mi amiga rara vez reconocía el cómo y porqué del intenso malestar con su amorcito y para no enfrentarse a la realidad de sus necesidades y la necesaria solución— se enfrascaba en sacarle punta a los problemas de todas en su entorno.
Entonces podemos ver que siempre que nos entretengamos con los problemas ajenos evitamos enfrentarnos a lo que nos aqueja…y así era con ella. Vivía para complacer a su jevo y no veía que el exceso de generosidad la llevaría al fracaso.
Por eso…
Yo le llamo la paradoja de las pendejas… Le resuelven a todos menos a sí mismas. 🙂
A ver…
Él quiere comer salmón y tú lo detestas. Resultado: comes salmón
Él quiere que uses el traje verde tú el rojo. Resultado: te pones el verde
Él desea ir a la playa tú al cine. Resultado: van a la playa
Él quiere comprar un bote tú un auto. Resultado: compran un bote
Él se revuelca en su colchón con la otra y tu sigues metiéndolo en tu cama.
Resultado…(agrégalo tu aquí) →________________________
¿Necesito seguir con esto? ¿Ves el punto? ¿Dónde estás tú en la ecuación?
El rey Salomón era un haz en cuanto a dar consejos. Llegaban de todos lados a pedirle ‘coaching’. Pero pequeño detalle— su vida vista desde la óptica de otros era un desastre— mujeriego, malas decisiones incluso abandonó a su hijo.
¿Y que puedes hacer para subsanar este dilema?
Para comenzar…sienta las bases practicando una sana dosis de EGOÍSMO.
Luego haz lo siguiente y veras resultados favorables en tu relación:
¿Te critican y qué?
¡La única critica que te debe interesar es la tuya…y punto!
Sabemos que pierdes mucho tiempo intentando entender las opiniones de los demás. Obviar el parecer de ajenos es el comienzo de ser tú ante todos y eso incluye a tu media naranja…
Saca lo que necesitas de la relación
¿Que deseas? ¿Compañía? ¿Sexo? ¿Un matrimonio formal o ‘una cana al aire’ esa noche?
O quizás ¿un trio?
Lo importante es que sepas lo que quieres. Si no sabes a dónde vas nunca llegarás.
El miedo a decir que no
Entonces es hora de que comiences a practicar. Dile que NO cuando insiste en que es mejor que no visites a tu familia. Dile que NO a las invitaciones a pasarla con sus estúpidos primos a quienes detestas y no te has atrevido rechazar. No, no, y no…repite conmigo…
Dale a la frase “basta ya”
¿Pensaste haber encontrado tu príncipe azul cuando por primera vez te contactó en Tinder?
Ok— y que hay con eso de siempre querer verte después de las 10 pm en tu apartamento para conversar… ¿cuándo vas a decirle ‘basta ya’ y enfrentarte a la realidad de que probablemente no es un matrimonio lo que quiere?
La culpa ¿Qué culpa?
Hazte la chiva loca. No le des mucho pensamiento a como se sienten otras personas. Cada cual es responsable de su propio sentir. Observa cual feliz y satisfecha te sientes tú cuando obtienes aquello que deseas y mereces.
Entrégate — pero a medias solamente
Y con los dos ojos bien abiertos. Necesitas observar si lo que ves está a tono con aquello que te conviene. En reconocer como la circunstancia se acopla a tu plan de vida radica la posibilidad de tu felicidad.
Atiende lo tuyo
Métete en la cabeza que un sano grado de egoísmo es bueno.
Existe una razón por la cual tienes tu propio cuerpo y mente y no parte del cuerpo y mente de otros…por lo tanto primero eres responsable de tu bienestar antes de procurar el de tu prójimo.
Ese prójimo se las arreglará como pueda.
Puedes creer lo que quieras pero…
Es mejor creer que eres merecedora . Es así de simple…ponerlo en práctica no tanto. Aléjate de internalizar aquello debilitante que en ocasiones piensas de ti misma. Acepta que eres inteligente y sabia.
Recuerda: Lo que se ve por fuera es el producto de lo que existe por dentro.
Hipocresía sin propósito
Hacerte la inocente en cuanto a lo que está pasando cuando en secreto sufres— no paga. Déjalo saber, y de manera asertiva. Abre tu boca y di claramente y sin tapujos que resientes lo que estás experimentando.
Y a modo de cierre
Es aconsejable que te concentres en mirar tu situación y no la de tu amiga. Resulta incómodo en ocasiones por nuestro bagaje cultural del ¡hay bendito!— pero si practicas en pequeñas dosis diarias— pronto te acostumbrarás al análisis de lo que te sucede y en el proceso descubrirás la solución.
No hagas como Salomón. Puedes atender lo tuyo y asegurar que tus cosas estén resueltas antes de ser buenaza con el mundo…
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Janet Parrado Diaz 29 de agosto de 2020
Creo que esta característica de meternos en la vida de los demás para resolverles los problemas cuando nuestra vida propia se cae a cantos es una de las cualidades que tenemos nosotras las mujeres. Es casi automático ya lo hacemos como una costumbre y hasta tiene un componente cultural ya que desde pequeña se nos adoctrina al servicio de los demás y nadie nos educa para pensar primero en nosotras antes de ir por el mundo a salvar a media humanidad. Lo hablo por experiencia propia porque de esta dosis he tomado bastante y no acabo de aprender, pero que bueno qué hay blogs como estos que te despiertan la mente cuando los lees y te toca las campanas para Alertarte que ya no puedes continuar haciendo lo mismo. Amigas tenemos que estar alertas para no seguir cargando los problemas de los demás y por el contrario comenzar a solucionar los nuestros para obtener la felicidad que tantos nos merecemos. Hasta la próxima. Ah y recuerda no hagas como Salomón que era sabio en solucionar los problemas de todo el mundo pero los suyos llegaban al cielo.
@mujer-edad 16 de octubre de 2020
Gracias!
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