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LA PEOR HERENCIA PARA TUS HIJOS: REPETIR PATRONES

La herencia para nuestros hijos o nietos tiene que ir más allá de los bienes materiales…he dicho. Lo más valioso para ellos será, sin duda alguna, los valores, las creencias y los comportamientos que aprendan a través de nuestras acciones y decisiones diarias.

A veces, sin darnos cuenta, nos convertimos en repetidores de patrones familiares que pueden resultar dañinos para todos Si te gustaría saber por qué el repetir patrones es la peor herencia para tus hijos y qué puedes hacer para romperlos, sigue leyendo.

¿Qué constituyen los patrones familiares?

Los patrones familiares son como el guion de una obra de teatro que se ha representado una y otra vez a lo largo de generaciones. Se manifiestan en diversas actitudes, creencias y comportamientos que se repiten, con mucha frecuencia sin cuestionamiento alguno.

Puede ser la manera en que se manejan las emociones, las decisiones que se consideran “correctas”, o incluso las dinámicas de comunicación que se emplean.

O sea, para expresarlo más simplemente, las costumbres que no dejamos ir porque fueron inculcadas por nuestros padres y el entorno en donde crecimos.

¿Por qué repetir patrones familiares es la peor herencia para tus hijos/nietos?

Lo que está mal, está mal, venga de la generación que venga. Si un patrón es dañino (como abusos, adicciones o relaciones tóxicas), es probable que los hijos también lo adopten sin cuestionarlo y esto perpetúa el ciclo de dolor y sufrimiento.

Cuando repetimos patrones, (especialmente si son nocivos) estamos limitando la capacidad de nuestros hijos/nietos para explorar sus propias identidades y desarrollar un sentido de individualidad. Esto puede llevar a una falta de autoconocimiento y autoestima.

Si los hijos solo experimentan un tipo de comportamiento o una forma de ver el mundo, pueden tener dificultades para adaptarse a situaciones nuevas o desafiantes, lo que limita su resiliencia emocional y social.

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Patrones familiares comunes y sus efectos

Los siguientes son algunos de los patrones familiares más comunes que se tienden a repetir:

1. Evitar los conflictos a toda costa

Hay familias donde se evitan a toda costa los conflictos, es decir, se evade discutir desacuerdos o sentimientos difíciles. Esto puede llevar a una falta de conexión clara y sincera, provocando resentimientos y emociones reprimidas entre los miembros.

Los hijos pueden aprender a esconder sus propios sentimientos, creyendo que es mejor no expresar su descontento, lo que afecta su salud emocional y sus relaciones futuras.

2. El rol del proveedor económico es exclusivo

En algunas familias, se espera que uno de los padres asuma exclusivamente el papel de proveedor económico, mientras que el otro se encarga de las responsabilidades domésticas (ya saben a quién le toca este último trabajo).

Con respecto a este patrón, los hijos pueden desarrollar ideas rígidas sobre los roles de género y la división del trabajo en el hogar, lo que pueden dificultar la creación de relaciones equitativas en el futuro.

También pueden sentir presión para cumplir con expectativas similares, independientemente de sus propios deseos y habilidades.

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3. Esperar la perfección

Este es uno de los patrones más comunes en el que uno de los padres (o ambos) establece estándares extremadamente altos para el rendimiento académico para los hijos, o también patrones de comportamiento y castiga severamente cuando estos no se cumplen.

Cuando esto ocurre, los hijos pueden crecer sintiéndose insuficientes o desarrollar ansiedad por el desempeño. Pueden temer al fracaso y evitar asumir riesgos, lo que limita su desarrollo personal y profesional.

Puede también que piensen que el castigo severo es necesario para que sus hijos aprendan a lidiar en la vida.

4. El patrón del apego tóxico

Estas son las familias en donde hay una codependencia emotiva, y un miembro sostiene constantemente al otro, ya sea emocional o económicamente. Esto puede llevar a problemas de autoidentidad y dificultad para establecer límites saludables.

Los hijos pueden replicar este patrón en sus propias relaciones, tornando difícil la independencia y la salud emocional.

5. La constante critica

Estos son los entornos donde se enfatizan las deficiencias y se critican las decisiones de los hijos de manera constante. Frases como “tu no sirves para nada, estas muy gorda, eres torpe, eres fea, que pequeña eres, eres bruta” abundan en las familias que practican estos patrones.

Todo esto puede afectar la autoestima de los hijos, quienes pueden crecer sintiendo que nunca son lo suficientemente buenos. Pueden desarrollar una necesidad constante de aprobación y tener dificultades para tomar decisiones autónomas.

6. Silencio sobre temas difíciles

En ciertas familias, temas como el abuso, la salud mental o la adicción son tabú y nunca se discuten abiertamente. Esto puede llevar a la negación de problemas graves que afectan la salud y el bienestar familiar.

Los hijos pueden sentir que no pueden hablar sobre sus propios problemas, lo que perpetúa el sufrimiento y la confusión.

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7. Obsesión por la apariencia

Se caracteriza por una familia donde se valora excesivamente la imagen y la apariencia externa, ya sea en la forma de vestir, en el éxito social o en el estatus económico.

Los hijos pueden sentir que su valía depende de cómo se ven o cómo son percibidos por los demás, lo que puede generar inseguridades y una obsesión poco saludable por la apariencia.

Técnicas para romper con esos nocivos patrones familiares

Si bien romper con los patrones familiares no es tarea sencilla, esto no quiere decir que sea imposible. Hablamos con una experta y esto fue lo que nos dijo acerca de cómo podemos hacer para no dejar una mala herencia a nuestros hijos.

1. El impacto de las propias experiencias

Para romper con los patrones familiares que pueden afectar nuestra cotidianidad familiar es importante tomarse el tiempo para reflexionar sobre las propias experiencias y el impacto que estos comportamientos han tenido en ti.

Pregúntate cuáles de estos patrones deseas cambiar y por qué. Mantén un diario donde registres tus pensamientos y emociones. Esto te ayudará a identificar patrones repetitivos y a comprender su origen.

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2. Dialogo transparente

Fomenta un ambiente donde la comunicación fluida y transparente sea la norma. Habla con los miembros de tu familia sobre tus sentimientos y los patrones que observas. Establece reuniones familiares donde todos puedan expresar sus ideas y preocupaciones.

No hablamos aquí de una reunión formal donde tengas que traer una secretaria para la toma de minutas…un junte es lo que se requiere sin mucho planificar y traer el tema de manera sosegada y si puedes insertar el humor durante ese dialogo, mejor.

Utiliza lenguaje “yo” para comunicar cómo ciertas dinámicas afectan tu bienestar.

3. Desafía esas creencias limitantes

Identifica y desafía las creencias que has heredado de tu familia y que ya no te sirven. Pregúntate si estas creencias son realmente ciertas o si han sido impuestas por el entorno familiar.

Sustituye esas creencias por pensamientos más positivos y constructivos, utilizando afirmaciones y visualizaciones para reforzar tu nueva mentalidad.

4. Establece nuevas tradiciones

Crea nuevas tradiciones y rituales en tu familia que reflejen los valores y creencias que deseas cultivar. Esto puede ayudar a establecer un nuevo camino y a romper con los antiguos patrones.

Eso hicimos en nuestra familia y ha sido una bendición. Aceptamos la invitación de nuestros hijos y sus esposas a compartir con sus vecinos con quienes se reúnen periódicamente en una cancha de su vecindario.

Un escándalo fabuloso que nos ha unido mucho más, ya que siempre fuimos muy privados y el compartir con vecinos durante su crianza nunca se dio. Ahora festejamos una vez al mes, estableciendo una nueva tradición familiar que ha resultado maravillosa para todos nosotros.

Comienza con pequeñas actividades, como noches de juegos, cenas donde puedan compartan sus experiencias de la semana, o voluntariados conjuntos en la comunidad.

Romper con los patrones familiares no es un camino fácil, pero cada paso que tomes hacia la conciencia y el cambio puede tener un impacto profundo en tu vida y en las futuras generaciones.

Con dedicación y apoyo, puedes construir relaciones más equitativas y felices tanto para ti como para tu familia. El legado que decides crear puede ser uno de amor, respeto y crecimiento.

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