¿Te has enamorado de un hombre con hijos de una relación previa y no le simpatizas ni un ‘tin’? ¿Llevas noches sin dormir preguntándote qué hacer cuando los hijos de mi pareja no me quieren?
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Esta es una especie de historia de la que somos testigo muy a menudo. Y vemos que lo primero que podrías hacer es dilucidar cuál es tu posición actual mas sin embargo es lo menos que se hace.
No tomes sus malas caras como acciones personales, es decir, no van en contra de ti porque te odian, sino que sienten molestia con “cualquier mujer” que quiera ocupar el lugar de su querida madre. ¿Y los puedes culpar?
Si de verdad quieres jugar el todo por el todo con tu nueva pareja, es importante que te mantengas serena, atenta y comiences a propiciar un ambiente de armonía.
¡Pero detente ahí! No pienses que es un camino fácil, lleno de flores… Al contrario, es un proceso que necesita desplegarse con plena conciencia y de seguro vas a necesitar el apoyo de tu pareja para poder lograr los objetivos que ambos se tracen.
10 preguntas que duelen…pero que necesitas contestar…
- ¿Por dónde comienzo si los hijos de mi pareja no me quieren?
En primer lugar, como habíamos mencionado anteriormente, comienza por reconocer tu posición.
Acepta que no vas a asumir el papel de madre, ellos ya tienen su progenitora. Incluso, si el hombre es viudo, esos chicos (aplica a hijos de cualquier edad) tuvieron una figura materna y así será por siempre.
Pensar que vas a ser una nueva mamá es un error muy común, y basado en la experiencia de muchas mujeres, no se llega a ningún lado.
Acepta tu nuevo rol, eres la nueva pareja de su papá y si vas a apoyarlo en la crianza, serás su aliada.
De hecho, para ser una aliada efectiva intentarás ganar la confianza y amistad de esos chamacos y si van a vivir en la misma casa, más aún. Muchas llegan a ser la confidente más preciada de sus hijastros.
Te diremos que se piensa que cuando los hijos de tu pareja son adultos no existirán inconvenientes.
Muy lejos de la verdad querida, sus opiniones son más difíciles de cambiar, entran los problemas de la herencia, quien va a tomar decisiones durante los momentos retantes de la vida de tu pareja como en una grave enfermedad etc.
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Fui testigo de una triste situación donde el caballero yacía postrado en cama por un cáncer terminal y se desató una guerra entre su compañera de varios años y los hijos mayores de este.
El poder legal para decidir si se desistía de los esfuerzos para mantenerlo respirando desencadenó un evento que hasta el día de hoy mantiene a esa familia envuelta en un conflicto bélico que ninguna queremos experimentar.
7 cosas que no deben normalizarse en una relación
Es entonces de vital importancia, que diseñes una estrategia inteligente para ejecutarla paso a paso.
A continuación, te vamos a describir lo que no debes hacer. De esta manera, vas a descartar esas acciones de tu lista. Luego entraremos en lo que te convendría practicar.
NO debes….
- Ignorar a esos hijos: sean niños, adolescentes o adultos, no los ignores. Aunque no vivan bajo el mismo techo, son los hijos de tu pareja y el ama a sus hijos. Más bien, busca la manera de socializar, compartir y conocerlos mejor. Un fin de semana en casa, un domingo de películas busca algo donde puedan interactuar. Si tu pareja ve que estás intentando crear una conexión afectiva con sus hijos, tu relación se va a fortalecer.
- Pensar que serán tus amigos: Si bien es cierto que buscas empatizar y calar en el núcleo familiar, no lo hagas intentando ser sus amigos. Porque vas a ocasionar un futuro problema. Cuando llegue el momento de tener la oportunidad de tapar una de sus travesuras, hablar de sexo o pasar algo por alto, no vas a tener salida y como eres su “amiga” vas a ser cómplice de acciones que no se deben respaldar.
- Inundarlos de regalos: Este error lo cometió una amiga con su primer esposo. Este tenía una hermosa niña de 8 años quien era extremadamente odiosa… nuestra amiga Nina, en vez de canalizar ese comportamiento, se fue por el lado más fácil…regalos y más regalos… ¿Qué ganó? NADA… Igualmente, la niña crecía siendo arrogante y la zángana de Nina gastó mucho dinero en el fallido intento.
- Obstruir el espacio para compartir: De vez en cuando una salida en familia es buena idea, pero estar pegada a tu pareja cuando es el momento de compartir con sus hijos, es un error. Haz un hueco en la semana y deja que tu pareja cumpla su rol de padre y salga con sus hijos, los busque en el colegio o los lleve a comer, ¡SIN TI! Y no seas la tóxica que lo impida. Si te metes en todo, te van a odiar… y no habrá estrategia que valga. Y como dicen los americanos…Get a life.
El dinero en pareja…cuando el mucho compartir es peligroso.
Y, por último, jamás hables mal de su madre… Si te escuchan criticando a su progenitora porque tiene otra pareja, sale mucho por las noches, no lava bien la ropa o cualquier otra cosa que salga por tu boca denigrando a su mamita solo lograrás una relación altamente toxica…
Ahora SI…puedes…
- Empatizar
Lo que si debes hacer es intentar empatizar. Ponerse en los zapatos del otro, es un ejercicio que te hará entender su comportamiento. Has que tu mente te lleve a la edad de ese hijo o hija y piensa en lo que sentías… te imaginarás en su situación y descubrirás el porqué de sus sentimientos.
- Establecer un dialogo
Si apenas estás entrando al círculo afectivo con tu pareja y tienen planes de convivir, sería bueno hablar – como pareja– con ellos abiertamente sobre los futuros planes. Y, por supuesto, esa conversación siempre de acuerdo con la edad de esos hijos.
Ese dialogo es fundamental, ya que ellos se darán cuenta de la formalidad de la relación y que estarán planificando para el futuro en familia. (Considera la posibilidad de que hayan conocido ‘alguna que otra’ antes que a ti 😊).
Aportar al equilibrio
Esta actividad se lleva a cabo en compañía de tu pareja, porque se trata de que el acercamiento sea efectivo, y si lo haces en unión con tu querido los resultados serán favorecedores.
Es muy importante que él, en su rol de padre, esté al tanto de la situación actual. Puede ser que no te guste lo que vayas a escuchar, pero recuerda que están en un proceso de negociación y en la búsqueda de un equilibrio.
¿Y si no te quieren y qué?
Esconder u obviar que los hijos de tu pareja no te quieren, está muy lejos de ser la solución…
Habla con ese compañero en potencia acerca de lo que está sucediendo. Juzgar a sus hijos te resuelve poco, asegura que él reconozca el comportamiento de los muchachos y que resulta en un reto para la nueva familia.
Llegar a un acuerdo, los va a poner en sintonía y juntos planificar como proseguir.
Observa, analiza y evita las conjeturas… Mantén tu posición firme y sin perder el control…
Recuerda: No puedes obligar a sus hijos a que te quieran. Lo que si puedes hacer es crear un lazo afectivo con tu nueva familia basado en el respeto donde cada uno considera los límites y los espacios del otro.
Si realmente lo deseas, con el tiempo verás el resultado de tus acciones. Obsesionarte con el tema te servirá muy poco, y angustiarte constantemente solo afectará tu salud tanto física como emocional.
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