MATERNIDAD TARDÍA: DESCUBRIENDO LA FUERZA DE LAS MUJERES MAYORES DE 35…

En la sociedad actual, cada vez más mujeres están postergando la maternidad hasta edades más tardías. Ser madre a una edad mayor plantea una serie de desafíos y beneficios únicos que merecen ser explorados.
Vamos a escudriñar las ventajas y desventajas de ser madre a mayor edad (entendiendo por madre de mayor edad aquellas mujeres mayores de los 35 años) desde la experiencia y la perspectiva de las damas que han decidido emprender este camino.
Y a pesar de que nos interesa analizar el impacto de la maternidad en la mujer mayor de los 35, no podemos alejarnos de la idea que para tener un hijo se requieren dos personas comprometidas.
Así que estaremos incluyendo la paternidad en el análisis para ser realistas con el enfoque.
¿Cuáles son los efectos en la crianza, la salud y la dinámica familiar? ¿Qué implicaciones tiene para el desarrollo del niño? Juntas descubriremos las complejidades de esta faceta de la maternidad después de los 35 años.
Las ventajas de ser madre después de los 35 años
Martina se casó a los 38 años con Luis. Ambos habían dedicado gran parte de su vida a su carrera y no habían tenido hijos.
A sus 40 años, Martina había alcanzado el éxito profesional que tanto anhelaba, pero sentía que faltaba algo en su vida.
A medida que su relación crecía, ambos comenzaron a hablar sobre sus deseos de juntos formar una familia.
A pesar de su edad, Martina decidió que quería tener un hijo y como Luis compartía ese deseo, emprendieron el camino hacia la maternidad.
Después de múltiples intentos y tratamientos de fertilidad, Martina finalmente quedó embarazada.
Luis nos cuenta que vive en completo agradecimiento de su esposa Martina porque nunca sospechó el compromiso que una mujer rondando sus 40 años pudiese tener con su maternidad considerada tardía.
Nos dice, “Ella cuidó muchísimo de su alimentación durante su embarazo siguiendo al dedillo todas las instrucciones de su médico. Una joven de 20 años no lo pudo haber hecho mejor.”
Actualmente su hijo tiene 15 años y con respecto a las ventajas de ser madre y padre a esta edad, ella y Luis nos contaron lo siguiente:
Hemos proporcionado un entorno seguro y estable
Tenemos mayor estabilidad emocional debido a nuestra experiencia y madurez. Esta estabilidad nos permitió ofrecerle un entorno seguro y confiable a ese niño que tanto deseábamos, lo que resultó crucial para su desarrollo.
Al haber vivido más experiencias, tomamos las decisiones con mayor calma y sabiduría, lo que beneficia a nuestro hijo en situaciones difíciles.
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Mostramos más madurez en situaciones de estrés
La madurez emocional que podemos ofrecer los padres mayores es invaluable en momentos de estrés familiar.
La capacidad para manejar situaciones complicadas con serenidad y perspectiva puede ser reconfortante para nuestro hijo, brindándole seguridad y confianza.
Hemos comprobado que lidiar mejor con el estrés, contribuye positivamente al bienestar de la familia en general.
Efectiva planificación financiera y recursos educativos
Tenemos una situación económica buenísima, que no teníamos hace 10 años, lo que nos permite brindarle a nuestro hijo oportunidades educativas de calidad.
Somos más empáticos y comprensivos
La empatía y la comprensión son cualidades clave que los padres mayores suelen poseer en mayor medida.
Gracias a nuestro bagaje de vida, hemos experimentado diversas situaciones que nos permiten entender mejor las emociones y necesidades de nuestro hijo.
Le ofrecemos más tiempo de calidad
Otra ventaja significativa de ser padre o madre después de los 35 es la dedicación y tiempo de calidad que se puede brindar a ese retoño.
Con la mayoría de las metas profesionales alcanzadas y menos presiones externas, tenemos más libertad y flexibilidad para dedicar tiempo y atención a nuestro hijo.
Ahora…sabemos que no todo es perfecto en la vida y eso también aplica a la maternidad. Así que vamos a considerar varios elementos que resultan ser retos en aquellas mujeres que desean ser madres después de sus 35 años…
Las desventajas de ser madre después de los 35
Ser madre es una de las experiencias más enriquecedoras y gratificantes de la vida. Sin embargo, tener hijos después de los 35 años conlleva ciertas desventajas que son importantes considerar.
Enfermedades y complicaciones del embarazo
La edad puede influir en la capacidad para enfrentar enfermedades y afecciones relacionadas con el embarazo.
Las madres mayores de 35 o 40 tienen un mayor riesgo de padecer problemas de salud crónicos, como la diabetes y la hipertensión, lo que podría limitar su capacidad para cuidar de sus hijos de manera óptima.
Disminución de la energía
Uno de los principales desafíos de ser madre alrededor de los 40 es la disminución de la energía y vitalidad.
A esta edad, es común experimentar una menor resistencia física, lo que puede hacer más difícil seguir el ritmo de un niño en constante movimiento.
Las noches en vela cuidando a un bebé o acompañando a un adolescente en sus actividades extracurriculares pueden resultar agotadoras para una madre de edad madura.
Brecha generacional
Otro aspecto para considerar es la brecha generacional entre padres e hijos.
Cuando la mujer es madre a los 35 años o mayor, es probable que exista una gran diferencia en la forma de pensar, intereses y actividades preferidas en comparación con sus hijos.
Esta brecha generacional puede dificultar la comunicación y la conexión emocional entre padres e hijos, lo que a su vez puede influir en la dinámica familiar y en la crianza de esos hijos.
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Reflexiones finales sobre la maternidad tardía
La decisión de convertirse en madre después de los 35 años es una elección personal que merece ser respetada. Eso sí, hay que considerar las circunstancias individuales y el momento adecuado para cada persona.
Es importante establecer un equilibrio entre la energía necesaria para criar a los hijos y el cuidado personal requerido para mantenerse saludable y activa cuando decides ser madre después de los 40 abriles.
Ser una madre mayor puede traer consigo aprendizajes únicos y beneficios inesperados. La experiencia acumulada a lo largo de los años puede aportar una mayor sabiduría y paciencia para asistir en la crianza de los hijos.
Además, tener mayor estabilidad financiera y emocional puede brindar un entorno familiar más seguro y estructurado para los niños.
Sabemos que es necesario reflexionar sobre el impacto a largo plazo en la vida familiar cuando una mujer decide convertirse en madre pasados sus 40 años.
Pero a pesar de los posibles desafíos físicos asociados con la edad, la madurez adquirida y el enorme deseo de la maternidad pueden contribuir significativamente al bienestar de los retoños y a la felicidad a largo plazo de la mujer y de toda su familia.
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