
Para comenzar enfrenta tu sensación de impotencia
¿Has experimentado alguna vez la angustia de sentir que tu relación va cuesta abajo?
Pues bienvenida, no estás sola, miles de mujeres como nosotras han sufrido ese camino de la incertidumbre e indecisión de cómo lidiar con ese sentimiento de impotencia.
Demás está decir que para salvar la situación crítica por la que pasan muchas parejas es importante focalizar emociones y analizar la situación con ojo crítico.
Lo cierto es que todas las relaciones— sean estas tóxicas o no— atraviesan por etapas tormentosas. En esos periodos se vive la impotencia de no poder superar la situación o pensar que ésta perdurará por siempre.
Muchas parejas terminan su relación aun amándose—pues no están dispuestos a juntos asumir y afrontar los malos tramos.
Sin embargo, existen preguntas bastantes difíciles y que con frecuencia nos hacemos en esos momentos.
¿Estoy haciendo las cosas bien? ¿Estoy haciendo todo lo posible? ¿Estoy haciendo todo lo correcto para salvar la situación?
Como quieras elaborar la pregunta, da lo mismo, lo que es importante es aquello que encierran todas ellas.
Para salvar tu relación verifica que estés llevando a cabo las siguientes pautas. Pues de lo contrario dispondrás de muy pocas oportunidades de salvarla.
Es importante entender que no hay cosas buenas o malas, correctas o incorrectas; cada pareja es un mundo de posibilidades.
Por eso, presta atención y analiza si tus acciones tienen relación con los puntos que siguen—a saber:
1. No seas como Vitola la que se defiende sola
Si sientes que puedes o debes resolverlo todo— sin apoyo de tu contraparte—la única relación que llevarás será la que lleves contigo misma.
Sabemos que para adelantar la buena convivencia en una relación se necesitan dos personas.
Parecería fácil pero hacerlo sola es bastante complejo—además— si lo emprendes sin su aportación creerás que tienes más derecho a juzgar y exigir.
De seguro se generarán resentimientos hacia tu pareja y en vez de solucionar el problema, este se agravará.
Acepta que necesitas el insumo de tu compañero para solucionar muchas cosas y entre ellas—para evaluar situaciones cotidianas—auscultar los sentimientos de ambos y determinar hacia donde se dirigen como pareja.
2. Leer mentes todavía no es una opción
Identificar lo que nos hace daño y expresarlo—de un lado y otro—es un requisito de la efectiva comunicación—pues la verdad es que nadie todavía tiene la capacidad para leer mentes (que sepamos).
Comunicar nuestros sentimientos con palabras tiene que ser una norma en la relación. Pedir lo que se necesita, también lo es.
Muchas de nosotras estamos muy acostumbradas a nadar con la corriente y se nos dificulta el pedir aquello que deseamos para nuestro bienestar.
La expresión verbal es la base de una buena comunicación, de ahí que el éxito de conversar en pareja resulta en un agradable acercamiento emocional.
3. Considera un terapeuta
Si no logras la comunicación deseada y el hogar se convierte en un infierno de disputas y críticas considera un terapeuta.
Muchas parejas optan por consultar un especialista en terapias de parejas ya que las conversaciones en el hogar tienden a ser intensas y de resultados impredecibles.
Para eso están los profesionales que los ayudarán guiándolos con pasos cortos y sustentables.
La paz encontrada podría ser la salvación de la relación y familia.
4. Crea tu pequeño grupo de apoyo
El énfasis aquí es en pequeño. Solo aquellas personas que te han demostrado lealtad y que pueden ser relativamente objetivos te pueden ayudar en el análisis de tu situación.
Evita hacer catarsis con extraños buscando cuidadosamente los puntos comunes de personas cercanas y de confianza que han vivido situaciones similares.
Realizarás que no estás sola en tus circunstancias. Al contrario—es algo que es más común de lo que piensas.
5. Aprende de tu amor todos los días.
Y cuando digo amor, me refiero a tu pareja. Todos estamos en un proceso de cambio constante, no pretendas que él siempre sea el mismo o le interesen las mismas cosas.
Lo ideal es que tu formes parte de ese crecimiento personal y espiritual. Toma el tiempo de conocer a tu media naranja— de buscar intereses en común—de permitir que sea diferente para que tu relación siga intacta.
Olvida el pasado y no te enfoques en el futuro, vive a tu pareja hoy que es lo único real que tienes.
6. La rutina puede crear hastío.
La rutina cotidiana en cierto modo nos reconforta y nos hace sentir que vivimos con propósito.
Es cuando esa rutina no provee espacios para el crecimiento personal que se convierte en una camisa de fuerza que nos quita el deseo de permanecer en una relación. No caigas en ese tipo de rutina.
Ten detalles y palabras de aliento para esa persona especial en tu vida. A todos nos gusta sentirnos queridos y las relaciones tienden a ser un espejo de nosotras mismas. Por lo tanto da aquello que deseas recibir y observa su respuesta.
Rompe la rutina a menudo dándole unos deliciosos toques inesperados a tu relación y ésta te compensará alargando sus días en tu vida.
Si a menudo estamos pasando juicio sobre la conducta del otro— sin mostrar sentimientos—se rompen los nexos que nos unieron.
Sorprenderse mutuamente, tener citas, realmente apoyarse, confiar y comprender, es lo ideal.
Suena sencillo, no lo es, pero es lo único que irá salvando terreno y estrechando ese vínculo entre ambos.
Y para resumir…
Estas son solo unas orejitas para que comiences a enderezar el barco. Entiende que lo que piensas no siempre es el reflejo de la realidad— tu pareja también tiene sus puntos de vista.
Que los defectos en tu comunicación se conviertan en identificadores de retos a subsanar, no batallas.
El amor comenzará a sanar y fluir de nuevo. ¿Cuánto estas dispuesta a traer a la mesa…? ¿Es salvable tu relación o es esta una tormentosa sin remedio?
Si realmente deseas transformar tu relación emprenderás el proceso que para ello se requiere. No tendrás el resultado esperado de un día para otro pero el cambio que lograrás será notable.
Aclaramos —con el propósito de ser objetivos— que estamos aquí ofreciéndote remedios que solo pueden implementarse entre dos.
De no surtir el efecto que necesitas y esperas solo la valentía te ayudará a enfrentarte a otras alternativas probablemente menos deseables para ti.
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